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¿Sabías Que? El Origen de las Torres de Catedral de Guadalajara

La Catedral de Guadalajara es uno de los monumentos más emblemáticos y representativos de la ciudad. Su arquitectura, historia y ubicación en el corazón del centro histórico la convierten en un punto de referencia no solo para los habitantes locales, sino también para miles de turistas que la visitan cada año. Sin embargo, pocos saben que las icónicas torres que coronan la catedral no son las originales. Su historia está llena de eventos inesperados que cambiaron la apariencia del edificio y lo convirtieron en el símbolo que conocemos hoy.

Historia de la Catedral de Guadalajara

La construcción de la catedral comenzó en 1561 bajo las órdenes del rey Felipe II de España, quien buscaba consolidar la presencia del catolicismo en la Nueva España. La catedral, que fue consagrada en 1618, pasó por diversas etapas de construcción y restauración debido a múltiples desastres naturales que la afectaron a lo largo de los siglos. Durante estos primeros años, la catedral ostentaba un estilo arquitectónico de transición entre el gótico y el barroco.

Uno de los aspectos más significativos de la estructura original eran sus torres, que seguían un diseño típico de las iglesias coloniales españolas: más modestas y con cúpulas de teja. Sin embargo, un evento trágico cambiaría para siempre la apariencia de la catedral.

El Terremoto de 1818

El 31 de mayo de 1818, un fuerte terremoto sacudió Guadalajara y provocó la destrucción parcial de las torres originales de la catedral. El sismo fue tan violento que las torres colapsaron, dejando al edificio con solo sus cimientos. La ciudad, entonces en plena etapa de expansión y crecimiento, no podía darse el lujo de dejar uno de sus principales símbolos en ruinas.

Tras este desastre, las autoridades eclesiásticas y civiles decidieron emprender la reconstrucción de las torres, pero esta vez se optó por un diseño completamente diferente. En lugar de seguir el estilo tradicional español, los arquitectos decidieron agregarle un toque gótico, inspirado en las catedrales europeas que se erigían en esa época. Así, las nuevas torres comenzaron a tomar forma, y lo que una vez había sido un edificio barroco ahora empezaba a tener un toque gótico único en México.

Las Torres Actuales: Un Toque Neogótico Único

Las torres que actualmente adornan la catedral fueron terminadas en 1854, diseñadas por el arquitecto Manuel Gómez Ibarra. A diferencia de las originales, estas nuevas torres tienen una forma más puntiaguda, inspirada en el neogótico europeo. Se construyeron utilizando ladrillo cubierto con una mezcla de cemento y piedra, lo que les da su característico color amarillo. Estas torres son inconfundibles debido a sus afiladas agujas, que contrastan fuertemente con el estilo más sobrio y clásico de la fachada principal de la catedral.

El cambio de estilo fue un gran contraste con la arquitectura colonial de la época, lo que ha convertido a la Catedral de Guadalajara en una mezcla interesante de estilos que refleja la evolución histórica y cultural de la ciudad. Muchos expertos consideran que las torres de la catedral son una reinterpretación de la arquitectura religiosa tradicional de México, adaptada a las nuevas tendencias europeas del siglo XIX.

Un Ícono de Guadalajara

Hoy en día, las torres de la Catedral de Guadalajara son uno de los elementos más distintivos de la ciudad. Su silueta es visible desde varios puntos de Guadalajara, y aparecen en innumerables postales, fotografías y obras de arte que representan a la ciudad. Son un símbolo no solo del poder religioso que alguna vez dominó la región, sino también de la resiliencia de los tapatíos para sobreponerse a las adversidades.

Cada año, miles de turistas visitan la catedral y se sorprenden al descubrir que esas torres no siempre estuvieron ahí, que son el resultado de siglos de historia y reconstrucción tras el desastre. Además, muchos historiadores y arquitectos continúan admirando la forma en que la catedral combina elementos de diferentes estilos arquitectónicos, lo que la convierte en una de las joyas más importantes del patrimonio histórico y cultural de Guadalajara.

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