El Día de Muertos es una de las festividades más queridas en México, y Guadalajara se llena de sabores tradicionales para rendir homenaje a los seres queridos que han partido. Esta celebración incluye una gran variedad de platillos y bebidas que, además de deleitar a quienes los prueban, representan una profunda conexión cultural y espiritual.
Uno de los íconos gastronómicos más conocidos es el pan de muerto. Este pan, decorado tradicionalmente con huesos de masa y espolvoreado con azúcar, es un símbolo de la festividad y se encuentra en diversas variaciones en todo el país. En Guadalajara, algunos panaderos locales experimentan con ingredientes como chocolate, rellenos de nata o frutas para darle un toque único y moderno, manteniendo la esencia de este pan ancestral.
Aparte del pan, la comida de esta temporada incluye otros platillos que se preparan especialmente para las ofrendas. El mole, el pozole y los tamales suelen estar presentes en las mesas, junto a bebidas como el atole y el champurrado. Estos alimentos no solo son un tributo a los seres queridos, sino que también son un reflejo de la historia y la herencia cultural mexicana.
En algunos eventos gastronómicos de Guadalajara, como ferias y mercados especiales de Día de Muertos, los visitantes pueden degustar estos platillos tradicionales y conocer más sobre su significado. Por ejemplo, el Festival de Café, Chocolate y Pan de Muerto, celebrado en el Centro de Convenciones Churubusco, ofrece una variedad de panes de muerto artesanales y bebidas calientes perfectas para acompañarlos
demás, algunos restaurantes locales en la ciudad han incorporado versiones gourmet de estas recetas, adaptándolas para los paladares modernos. Así, los sabores del Día de Muertos no solo están presentes en las ofrendas familiares, sino también en los menús de los restaurantes, manteniendo viva esta tradición y dándole un toque contemporáneo.