El partido de la final de hoy se define en dos palabras: Noche Mágica, y como siempre, no puede ser para otro equipo que no sea el Real Madrid. Aunque en esta ocasión no remontaron un marcador que pareciere imposible de hacerlo, el juego no se veía claro para los blancos durante 70 minutos disputados.
El Borussia Dortmund, que sorprendentemente se metió a la final del torneo, tuvo las oportunidades suficientes para liquidar al oponente, pero como todos los rivales que han sido víctimas, perdonaron a los blancos, situación que les costaría muy caro… Sí, se vio claro el intento de que los alemanes se quisieran llevar el encuentro, llegando en reiteradas ocasiones a incomodar al Real Madrid.
En aspectos sobre el partido en sí, el Dortmund demostró la inexperiencia de jugar una final de Champions, reclamando varias faltas que les costaron ver algunas cartulinas amarillas, y cayendo en provocaciones contra jugadores como Vinicius Jr.
Si se evalúa el partido en general, el Borussia Dortmund tuvo mejor juego, sin embargo, las fallas estuvieron presentes; el fútbol no se gana jugando mejor ni por merecer el triunfo, sino por los goles que hagas, y el Real Madrid es el claro ejemplo de esto desde la temporada pasada.
Este partido también representó el final para dos cracks del balompié, Toni Kroos y Marco Reus. Kroos se va por todo lo alto, asistiendo en el primer gol y ganando su 6ta Champions en su carrera, despidiéndose de la mejor forma de la afición merengue; por otro lado, Reus se va del equipo de sus amores, sin poder hacer mucho para el club en el partido, pues entró en la recta final del encuentro; una historia que muchos recordarán, porque, a pesar de los intentos en la liga y en Europa, Marco solo pudo darle al BVB algunas copas locales.
Sin demasiadas explicaciones, el Real Madrid una vez más fue el Real Madrid, y por incontable ocasión, el cuadro blanco mostró su lección favorita: No puedes perdonar al Real Madrid.
Información: Oscar Orozco
